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Angel Beltran Acosta dice lo que nadie quiere oír: el boxeo puede lastimarte si no te cuidas

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 14 abr
  • 2 Min. de lectura

El boxeo no es un juego. Puede ser apasionante, terapéutico, una disciplina que cambia vidas… pero también puede dejarte fuera de combate si no sabes cuidarte. Así lo advierte Ángel Beltrán Acosta, experto en boxeo con años de experiencia arriba y abajo del ring, quien ha visto de todo: desde fracturas por imprudencia hasta jóvenes con lesiones crónicas por no seguir indicaciones básicas.



Angel Beltran Acosta


“Muchos llegan al gimnasio con toda la emoción, pero sin preparación. Quieren golpear como Canelo desde el primer día, sin técnica ni protección”, dice Beltrán Acosta, quien ha entrenado a boxeadores amateurs y profesionales en Ciudad de México.


Calienta o prepárate para sufrir


El primer error, dice, es ignorar el calentamiento. “Te saltas 10 minutos de movilidad y ya estás arriesgando músculos, articulaciones y hasta tu columna. El calentamiento es obligatorio, no un lujo”, explica.


Un calentamiento bien hecho incluye trotar, brincar cuerda, mover hombros, caderas y hacer estiramientos activos. “Así ya entras al ring con el cuerpo listo. No como palo tieso”, bromea Ángel.


Técnica antes que potencia


Para Ángel Beltrán Acosta, la técnica es lo que separa a un boxeador de un lesionado. “No importa si estás mamadísimo. Si tiras mal un golpe, te vas a tronar la muñeca. O el hombro. O la espalda”, advierte.


Su consejo: aprender bien los fundamentos. Postura, guardia, respiración, movimiento. Todo antes de irte de lleno al sparring o a la bolsa.


Sin equipo, mejor ni entres


Guantes malos, vendas flojas o entrenar sin bucal: todo eso equivale a jugarle al valiente. “He visto nudillos partidos por usar guantes baratos. O boxeadores jóvenes con dientes flojos por no usar protector”, cuenta el entrenador. Si vas a entrenar, mínimo invierte en lo básico.


No abuses del sparring


Muchos creen que sparrear diario es “ser pro”. Pero Beltrán Acosta asegura que eso es receta para el desastre. “El sparring es necesario, sí, pero con control, con técnica, con cabeza. No es para matarse a golpes”, dice.


El sparring sin supervisión puede terminar en conmociones, cortadas innecesarias y lesiones de cuello.


Dolor ≠ progreso


“El cuerpo habla. Si te duele algo más de lo normal, para. No eres más fuerte por aguantar. Eres más tonto si te lastimas por no escuchar a tu cuerpo”, sentencia Ángel.

Dormir bien, comer bien y descansar son parte del boxeo, insiste. “No todo es sudar. También se vale dormir ocho horas y tomar agua”.

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