La nave espacial estadounidense Peregrine, destinada a un histórico intento de alunizaje, sufrió una trágica conclusión tras una misión plagada de obstáculos. Después de recorrer extensas distancias a lo largo del espacio, al enfrentarse a complicaciones en su propulsión que arruinaron sus expectativas, el módulo de aterrizaje Peregrine parece que llegó al final de su trayecto.
En la tarde del jueves, alrededor de las 4 p.m. hora de Miami, estaba previsto que la nave espacial culminara su viaje fallido al estrellarse contra la densa atmósfera de la Tierra en una ubicación remota del océano Pacífico Sur, al este de Australia.
La empresa con base en Pittsburgh, Astrobotic Technology, responsable del desarrollo del módulo de aterrizaje Peregrine en colaboración con la NASA, confirmó la pérdida de contacto con la nave espacial. Indicaron que esto ocurrió momentos antes del tiempo programado para la reentrada, al sugerir que la nave completó su reingreso de manera controlada en las aguas del Pacífico Sur.
Este revés representa un contratiempo significativo para los objetivos de la NASA y Astrobotic de establecer módulos de aterrizaje lunar eficientes y desarrollados comercialmente para misiones robóticas a la Luna, en el contexto de un inminente alunizaje tripulado a finales de la década.
Este proyecto forma parte del programa de Servicios Comerciales de Carga Lunar de la NASA, establecido con contratos de aterrizaje lunar basados en precios fijos. Este enfoque implica que la agencia espacial proporciona una suma global de dinero, en lugar de pagos continuos, incluso en caso de contratiempos.
Thornton, representante de Astrobotic, explicó que estas misiones buscan cambiar el paradigma, al ofrecer una alternativa de costos más bajos. Además, el acuerdo permite que las empresas conserven la propiedad total de sus vehículos, al convertir a la NASA en uno de muchos clientes que utilizan los módulos de aterrizaje para transportar carga lunar.
Aunque la empresa admite que la misión Peregrine resultó en pérdidas financieras, el director de Astrobotic, Thornton, señala que este fracaso no significa el fin del negocio. A pesar de los desafíos, Astrobotic ya tiene un contrato para llevar a cabo otra misión lunar robótica para la NASA, llamada Griffin, programada para finales de este año. Este nuevo módulo de aterrizaje, de mayor tamaño que Peregrine, tiene como objetivo colocar un rover cerca del polo sur de la Luna.
Con información de CNN.
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