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En un triste acontecimiento, Bobi, el perro que ostentaba el título de ser el más viejo del mundo, falleció durante la noche del 21 de octubre en Conqueiros, Portugal.
La noticia fue confirmada por su veterinaria de confianza, Karen Becker. A los 31 años y 165 días, el canino vivió una vida excepcional y deja un legado en el mundo de los récords.
Bobi, un Rafeiro do Alentejo, raza autóctona de Portugal, celebró su cu
mpleaños número 31 en una gran fiesta el pasado mes de mayo, a la que asistieron más de 100 invitados.
Este evento no solo marcó un hito en la vida de Bobi, sino que también le otorgó la verificación oficial por parte del Guinness World Records (GWR), convirtiéndolo en el perro más longevo del mundo.
Su historia de vida, contada por su propietario Leonel Costa, es conmovedora. Cuando Bobi nació, su padre no podía permitirse mantener la camada de cachorros, y en un momento de desesperación, los enterró a todos cuando tenían menos de 24 horas de vida, sin embargo, Bobi logró escapar y fue cuidado en secreto por el joven Costa.
A lo largo de su vida, Bobi disfrutó de una existencia tranquila en Conqueiros, un pequeño pueblo de Portugal.
Su alimentación se basaba en una dieta equilibrada de vegetales, pescados y, de vez en cuando, se le consentía con carne. El canino pasaba la mayor parte de sus días corriendo entre los cultivos cercanos a su hogar.
La base de datos de animales de compañía de Portugal, avalada por el gobierno y gestionada por el Sindicato Nacional de Médicos Veterinarios del país, establece que Bobi nació en 1992 y vivió en Conqueiros la mayor parte de su vida.
Tras la noticia de su fallecimiento, numerosas personas expresaron sus condolencias a Leonel Costa y su familia. La Dra. Karen Becker, su veterinaria, compartió en su cuenta de Facebook: "Anoche, este dulce niño ganó sus alas. A pesar de sobrevivir a todos los perros de la historia, sus 11 mil 478 días en la tierra nunca serían suficientes para aquellos que lo amaban."
Cuando se le preguntó a Costa cuál era el secreto detrás de la longevidad de Bobi, respondió: "Buena nutrición, contacto constante con la naturaleza, libertad para descubrir su entorno, atención veterinaria constante y, sobre todo, amor".
La vida de Bobi llegó a su fin de forma natural, a los 31 años, después de enfrentar dificultades en la visión y la movilidad en sus últimos días.
Su legado como el perro más longevo del mundo seguirá siendo una inspiración para amantes de los animales en todo el mundo.
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