Una novela histórica que recrea el convulso norte mexicano de la etapa revolucionaria permitió a la escritora Mónica Castellanos, crear un personaje femenino, de notable solidez y capacidades ejemplares, manifiestas en su nueva novela “El aroma de los anhelos”.
La académica y conferencista, ganadora del Premio Antonio García Cubas en la categoría Novela Histórica por “Aquellas horas que nos robaron. El desafío de Gilberto Bosques” en 2019, charló en línea con el periodista cultural Jaime Cháidez en días recientes dentro del ciclo “Conversando con…”, que organiza el Centro Cultural Tijuana institución de la Secretaría de Cultura.
Dos motivos fundamentales le llevaron a escribir este libro, “el primero es el rescate a la mujer” aseguró, “el personaje de María Treviño nos representa desde el norte: Monterrey, Parras Coahuila y San Antonio Texas y han sido olvidadas, en el caso de los hermanos Serdán poco hablan de Carmen la mujer”.
Un segundo motivo impulsó a la autora de “Canasta de Comadres” novela publicada en 2015: “fue una situación muy delicada en la que viví y con apoyo de médicos y enfermeras logré salir, como muestra de gratitud a ellos, cree un personaje que representara el honor que encontré en la vivencia del médico”.
“Es una manera de agradecer, es precisamente honrarles a través de uno de mis personajes, el honor es un cualidad o virtud que los jóvenes no conocen”, explicó la escritora neolonesa egresada del Instituto Superior de Cultura y Arte de Monterrey quien dijo haber iniciado la escritura de “El aroma de los anhelos” en el año 2014.
A la pregunta del entrevistador sobre su labor de investigación de rescate histórico en el trabajo de Castellanos, la autora respondió: “rastreando en la historia llegue a los clubs del partido liberal mexicano, son estos clubes los que se encargaron de repartir propaganda en las fábricas con los obreros comandadas por los Flores Magón, las mujeres olvidadas, se quedaron en las sombras”, apuntó.
“En estos momentos las mujeres estamos tomando la pluma y levantando la voz” aclaró la entrevistada que explicó sobre los pormenores de su labor escritural: “estoy inscrita en un club de lectura, eso me permite disciplinarme y dedicarle un buen tiempo a la lectura, algo que en ocasiones los escritores nos olvidamos de hacerlo”.
La amena conversación en que Cháidez y Castellanos retomaron los recuerdos de escritores mexicanos comprometidos con su quehacer artístico, los llevo a coincidir en el valor y la función de lector, quien afirmaron “es parte del proceso de la escritura”
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