Si existe posibilidad técnica, el caso de Luis Donaldo Colosio podría reabrirse, anunció el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien advirtió que será la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien realice el análisis correspondiente. En su conferencia de prensa de esta mañana, el mandatario calificó como “un crimen deleznable” el asesinato del excandidato presidencial que “no porque pase el tiempo debe olvidarse”.
El presidente confirmó que recibió la carta de los padres de Mario Aburto Martínez, y advirtió que turnó el caso a la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, para que analice si técnicamente es posible reabrirlo.
Durante la conferencia de este lunes, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, habló de las modificaciones al Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
En ese contexto, el presidente López Obrador ratificó que su gobierno no va a violar derechos humanos; “nunca vamos a dar la orden de reprimir a nadie. Se acabó el ‘¡Mátalos en caliente!’ de Porfirio Díaz y el ‘Encierro, entierro o destierro’ de otra época”, advirtió.
No obstante, reivindicó su propio derecho a señalar a la llamada “prensa fifí”, que sí existe y que forma parte del conservadurismo que se niega a morir y que mantiene una línea ideológica clara y un proyecto político específico.
Con todo, insistió, en su gobierno la “prensa fifí” tiene todo el derecho de manifestar sus ideas, como cualquier persona, siempre que lo haga dentro de los cauces del derecho y con respeto, aunque “no me voy a quedar callado ante la hipocresía; ¡basta de simulación!, ¡fuera máscaras!” Sostuvo que en la democracia, los mensajes son de ida y vuelta y todos tienen derecho a manifestarse, incluso él mismo de expresar libremente lo que piensa sobre el conservadurismo “que sí existe y no es una invención”.
Reiteró que durante su gobierno ningún periodista verá limitado su derecho a expresarse y culpó de los ataques a comunicadores básicamente a dos grupos: la delincuencia organizada y representantes del Estado, aunque todos serán castigados conforme a la ley. Sin embargo, dijo, es un trabajo que requiere de apoyo de la población, por lo que reiteró su llamado a todos para ayudar en la transformación de la vida pública que, si bien “es nuestra responsabilidad, todos deben participar”.
López Obrador se refirió también al cambio de régimen que encabeza y criticó a sus antecesores: Carlos Salinas, dijo, “es el padre de la desigualdad”; Ernesto Zedillo, responsable del Fobaproa que ha costado dos billones de pesos; Vicente Fox, “un traidor a la democracia”.
Sobre Felipe Calderón, dijo que convirtió al país en un cementerio y respecto a Enrique Peña Nieto dijo que fue un gobierno de corrupción. De ahí la necesidad de transformar la vida pública. Antes de partir rumbo a Tabasco para conmemorar los 500 años de la primera batalla entre españoles e indígenas en Centla, reiteró su decisión de no viajar a aquellos estados donde habrá elecciones en los próximos meses.
Ya lo dijo en Puebla a donde no volverá hasta que concluyan los comicios, “a menos que haya una emergencia, que esperamos no ocurra”, y lo mismo hará en Baja California, donde el proceso arranca el próximo 1 de abril.
Aun así, adelantó que este miércoles estará en Tijuana para analizar con el gabinete de seguridad la situación en la materia en esa ciudad fronteriza y también estará en San Luis Río Colorado, a donde viajará –insistió– en avión comercial, como cualquier ciudadano. Para ello, mostró su licencia de conducir permanente, “de cuando fui jefe de Gobierno”, como identificación, además de mostrar, de manera festiva, el billete de dos dólares que siempre lleva en su cartera.
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