La Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canainpesca) y la Unión de Armadores del Litoral Pacífico encabezaron hoy una marcha realizada por alrededor de 2,500 pescadores de altamar y ribereños, así como trabajadores del sector provenientes de Baja California, Sonora, Sinaloa y Oaxaca quienes se unieron en una sola voz para protestar contra el decreto de zonas protegidas en el golfo de California.
La marcha se realizó frente a las instalaciones de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) en Mazatlán, capital del sector pesquero en México, en rechazo a la intención del gobierno federal que a través de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) encabezada por Rafael Pacchiano Alamán, busca decretar zonas protegidas en el Golfo de California, donde quedaría prohibida la actividad pesquera, afectando directamente a 300 mil familias de pescadores, con lo cual no solo se estaría erradicando al sector, sino afectando a la cadena de proveeduría integrada por pescadores, armadores, congeladoras, empacadoras, empresas de logística, transportes, etcétera.
“No nos oponemos a la implementación de áreas marinas protegidas, pero sí buscamos que se haga de manera transparente, de una manera participativa y basada en información científica y fidedigna, ya que nuestra pesca es regulada y cumplimos con vedas durante todo el año”, afirmó Humberto Becerra presidente de la Canainpesca.
Los manifestantes hicieron un llamado al Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, para que defienda las áreas de pesca que es su fuente de trabajo, y que en todo el país impacta en la actividad económica de 262 municipios costeros.
Durante los últimos años, el sector pesquero sustentable ha tenido problemas por el aumento de la pesca ilegal, la cual es cada vez menos fiscalizada, aunado al aumento de áreas marinas protegidas que carecen de consenso con esta industria y de sustento científico, pero que restringen a esta actividad.
En México, el sector pesquero produce un millón 300 mil toneladas de producto de manera anual, sin embargo, el cierre de áreas de pesca genera un importante efecto sobre la productividad y competitividad de la industria nacional, ya que obliga a los pescadores a cerrar sus operaciones en esas áreas y desplazarse a sectores más alejados, lo que encarece los costos y el precio de los productos, además de que no en todo el mar se encuentran todas las especies.
De hacerse una realidad el cierre de áreas pesqueras se perdería cerca del 60% de la producción nacional y se tendría que importar el 70 % de lo que consumimos.
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